Hace dos meses exactamente comencé este blog, sin fines de ningún tipo (maldita manía de las mujeres de andar celebrando meses, ni que estuviera pololeando con esta cosa JA), pero con el correr de los días me fui poniendo pretenciosa al punto de enviar invitaciones personales sin saber exactamente qué decir.
A ratos, también enchulo esta página. La peino, la maquillo y hasta me estoy familiarizando con un nuevo lenguaje, casi tribal, de html, http y otras cosas cuyo significado, debo reconocer, aun desconozco.
En un comienzo partí con un par de post viscerales y mal redactados, pues quise hacer de esto una especie de diario de vida o algo parecido y me sorprendió recibir comentarios de grandes escritores ¡Guau! (es una expresión de asombro, no es que me crea perro) y comprendí que podía obtener bastante de este espacio, mucho más que consejos de dueña de casa. Por otra parte, esta es la literatura del nuevo siglo y mi discurso se caracteriza por el enojo que me produce recibir malos libros gracias a los delirios de grandeza de algunos “escritores” que deciden publicar y me llevan a perder el tiempo; y es esta la nueva vía de publicación, más bonita y más barata (como dijo Fito Páez), es así como definitivamente le he dado un vuelco más literario a esta cosa, aunque evidentemente no se puede marginar al autor de la creación. (Siempre he pensado que el hablante lírico no es más que un pretexto de los poetas para no decirle a sus mujeres que, lisa y llanamente, le escriben a otras jajajaja... y viceversa, para que no se diga que soy machista). Con esto quise decir que decidí dejar de escribir mugres que poco interesan a cualquier persona cuyo nombre no empiece con R y termine con "osario", buscando ser consecuente con el discurso. Si logré mi cometido lo decidirán ustedes.
Mis eternas disculpas a quienes les ha molestado recibir mi ya clásico “Por favor lee esto” y todos los agradecimientos del mundo a quienes me han escrito (favorable o desfavorablemente) pues, este proyecto que surgió como una iniciativa personal se ha transformado en parte de uno mayor, cuyos resultados espero poder exhibir bastante pronto.
Confieso que pretendo continuar con mis invitaciones así que por ahí nos vemos, o leemos y en el mejor de los casos, escuchamos.
Y como dijo Gustavo Ceratti: “Gracias Totales”